7 claves para reconocer un liderazgo tóxico

Por Claudia Rengifo

Un liderazgo tóxico más que movilizar a un equipo de trabajo lo hace desviarse de los objetivos, disminuir su productividad y animo. Hay 7 señales que nos pueden ayudar a detectarlo y algunos consejos para manejarlo en un proyecto laboral.

¿Qué es un líder tóxico?

El liderazgo tradicionalmente se asocia con una persona extrovertida, negociadora, persuasiva, observadora y que trabaja junto a su equipo a todo momento. Lo cierto es que podríamos definir al menos 8 tipos distintos de perfiles de líderes positivos que no cumplen al 100% con estas características. Cada uno se desarrolla en un medio y situación distinta, pero tienen una meta clara y son colaborativos.

El perfil que sí está claro y delimitado entre todos estos es el del líder tóxico, ese personaje polémico, narcisista, autocrático y negativo que derrumba la productividad y los ánimos en el equipo. Para esta clase de personas todos los esfuerzos y soluciones no valen, poniendo en peligro los proyectos y desarrollo empresarial.

Podríamos definir dos tipos de líderes tóxicos, según sus perfiles: los pasivos y los activos.

  • Tóxicos pasivos: Son personas negativas, cerradas, con poco entusiasmo para guiar al equipo o ensimismados en su propia figura y proyectos. Este ser es quizás más peligroso ya que es difícil detectarlo al principio. Nunca da soluciones, siempre problemas. Encaja bien con un perfil narcisista e imprevisible, llega tarde y no cumple sus promesas.
  • Tóxicos activos: Los más llamativos y fáciles de identificar. Humillan a sus compañeros, son déspotas, se atribuyen créditos que no les pertenecen, poco colaborativos y muy exigentes. Tampoco son un ejemplo a seguir y con gritos o juegos de palabras buscan imponerse.

Sin importar cuál de estos este en tu equipo el efecto es el mismo: bajo ánimo, pocos resultados y tareas inútiles.

7 señales que indican un liderazgo tóxico

En estas señales intentaremos involucrar tanto las actitudes del líder como sus efectos en el equipo.

1) Son oportunistas las 24 horas del día

Los líderes tóxicos se aprovechan de los éxitos de otros, si una persona de su equipo tuvo una idea estupenda ¡ellos la toman! Siempre buscan como escalar de manera cuestionable. Se auto promocionan como los grandes pensadores, como la figura más trascendente sin tomar en cuenta a quienes lo ayudaron a surgir.

Por el lado contrario si algo sale mal en el equipo él nunca tendrá la culpa. Va a responsabilizar a los demás de su terrible liderazgo.

2) No escuchan al equipo ¡sin retroalimentación!

Para los líderes tóxicos no existes, no puedes proponer u opinar, eres un cero a la izquierda. Esta es la característica más frustrante de esta categoría porque no existe la retroalimentación ni generación de nuevas ideas. Se hace lo que el líder dice sin cuestionamiento. Pero sí sale mal es solo ¡es tu culpa!

3) La productividad es cuestionable

En el liderazgo tóxico no hay motivación, la negatividad es imperante y los gritos abundan. Esto produce a mediano o largo plazo un estancamiento que se refleja en baja productividad. La salud psicológica e incluso física de una persona se ve afectada al involucrarse con un líder de este tipo.

4) Ambiente de trabajo cargado con negatividad

Se relaciona con lo anterior, un ambiente sofocante, pesado y negativo produce desgaste mental. El trabajo no representa emoción y retos, sino malos ratos, caras largas y cansancio.

Un estudio de la Universidad de Manchester revela que las personas bajo un liderazgo tóxico tienen una tendencia mayor a desarrollar depresión clínica.

5) Se alimentan de la polémica

Este personaje se cree un emperador romano y se alimenta de la polémica entre su grupo de trabajo. Genera tensión y rumores sin fundamento, pone al límite a todos en la oficina y le divierte observarlo. Esto ocurre por sus tendencias narcisistas y en ocasiones bipolares.

6) Sin planificación en el trabajo

En el liderazgo uno de los aspectos más importantes es la planificación. Sin ellas no hay metas, futuro ni proyecto. Si el líder tiene una planificación pobre y cambiante los objetivos no se cumplirán en el tiempo estipulado. La inversión de tiempo y energía se duplicará o triplicará innecesariamente.

Un líder sin planificación a priori no es tóxico, pero por su descuido está cerca de serlo.

7) No aporta soluciones

Este personaje insulta, pierde la cabeza, es perfeccionista hasta la locura y paranoico, pero nunca aporta soluciones. Esta es la característica más reveladora de un líder tóxico, su incapacidad de escuchar y por ende de llegar a soluciones acertadas.

¿Un líder autocrático es tóxico?

El liderazgo autocrático imperó durante muchos años en los modelos organizacionales y aún en las grandes empresas es el que prevalece. Los conceptos modernos de líder tienden a asociar de manera negativa a este perfil cuando esto no es totalmente cierto.

Los líderes autocráticos tienen una función clara, toman decisiones rápidas, arriesgadas y aportan a la empresa soluciones y gran productividad. Sí se planifican y aunque guíen a su equipo con “mano dura” tienen metas y propósitos que cumplir.

Es un perfil popular en los equipos deportivos, medios de comunicación, empresas grandes, en la política, cadenas de comida rápida y autoridades (policías, bomberos, paramédicos…). En la historia hay ejemplos buenos y malos de lo que es un líder autocrático resaltando personajes como: Margaret Thatcher, John Chambers, Steve Jobs, Martha Stewart, entre otros.

Aunque a corto plazo sea efectivo a la larga produce efectos negativos en los trabajadores como estrés del personal, absentismo y poco compromiso con la compañía.

Actuar ante el liderazgo tóxico: Consejos

Tratar con un líder tóxico es la tarea más complicada de todas. Algunos de estos personajes solo necesitan orientación y formación para ser mejores, pero otros no tienen remedio. Para neutralizar o parar un liderazgo de este tipo hay que evaluar con cuidado el perfil que más se asemeja a su persona.

La mejor forma de combatirlos es no caer en provocaciones, evitar conflictos y explosiones en el trabajo. No alimentes la polémica. Apóyate con tu equipo para desarrollar un trabajo de calidad sin la influencia del líder. No significa excluirlo sino encontrar un espacio propio fuera de un ambiente de negatividad.

No debes tomarte personal ninguna de sus palabras, en especial si son personas con tendencias a ser negativos o ultra perfeccionistas. Trata de hacer tu trabajo con eficiencia ¡no te lleves la mala energía a casa! Al salir relájate, ten una actividad favorita para hacer higiene mental.

Si en este post te identificaste como un líder tóxico, no te preocupes que existan maneras de rectificar el camino. Inicia por pequeñas acciones diferentes a tus actitudes negativas. Por ejemplo, escucha ideas de tu equipo, planifícate mejor o lleva un mecanismo anti-estrés para controlar las ansias por gritar o discutir. Al principio las personas se mostrarán renuentes a creer en tu cambio, pero con el tiempo lo aceptarán.

¿Te enfrentaste alguna vez con un líder de este tipo? ¿Qué defensa utilizas contra el liderazgo tóxico? Nos encantaría conocer tu experiencia en los comentarios. ¡Tranquilo! Tu jefe no anda rondando, estás en confianza.

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1 Comentario

Sebastian 28 octubre, 2020 - 18:03

He trabajado con un líder que actúa enclavado en el perfil descrito, esa aptitud constante, los desprecios a todo el que no le aplaudía los logros apropiados de otros y culpabilizar a los demás de sus errores, le hizo ascender en la empresa eliminando de su camino con gran habilidad a los que no le planteaban cara, en definitiva una desagradable experiencia muy tensa y sin sentido, espero que pueda leer este tipo de artículos y mejore su liderazgo en Dragados off Shore.

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