La presión que se vive en el trabajo a veces no viene solo del resto de los compañeros que comparte el mismo espacio qué tú, en algunos de los casos el mal ambiente lo genera el jefe.
En Mente Profesional te mostraremos algunas claves para identificar a este tipo de líder tóxico y saber como llevarlo para que no afecte demasiado tu paz mental.
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Los síntomas para identificar un jefe tóxico
Si tú jefe es de esas personas que se la pasa gritando, no te trata con respeto a ti, ni al resto de tus compañeros, es irresponsable, no es de confianza, no cumple lo que promete, es autoritario y siempre cree tener la razón, lamentamos decirte que tienes un jefe tóxico.
Si además de esas características que nombramos anteriormente tu jefe crea ansiedad y miedo a los empleados, no se comunica, y por último actúa a la defensiva, no queda duda que es una persona tóxica.
Trabajar con personas así no es fácil ya que eso afecta el rendimiento de la empresa, así como la de los empleados. Pero tranquilo, hay herramientas que te pueden ayudar a lidiar con este tipo de actitudes y situaciones.
Es importante evitar las discusiones y no caer en las provocaciones por parte del jefe. No tomarse personal los comentarios, o acciones realizadas por el sujeto y lo más importante es unirse al resto de sus compañeros, para apoyarse ante la situación que diariamente vivan en el lugar.
¿Qué puedes hacer para sobrevivir a un jefe tóxico?
- Al principio será difícil no responder a las agresiones o gritos recibidos por parte de tú superior, pero ante este tipo de acciones lo mejor es no responder con gritos ataques o insultos. Mostrar desinterés ante las acciones lo harán dejar de actuar así.
- Los jefes tóxicos son así con todos, por eso es importante aprender a reconocerlos. No te lo tomes personal y creas que es tú culpa la forma en la que se comporta. En cambio, si el ataque va dirigido así a ti, el conversar es una de las mejores opciones, preguntarle con sutileza qué sucede.
- Enfócate en cumplir tu trabajo, hacerlo lo mejor posible, seguir al pie de la letra las reglas e instrucciones, para así evitar roces. Aprende a trabajar en equipo, apoyarse a diario les servirá para sobrellevar las situaciones con el jefe.
- Si eres nuevo en la empresa poco a poco irás aprendiendo a conocer al jefe, lo que le gusta, disgusta, y en especial que lo lleva actuar así, eso ayudará a mejorar la relación entra ambos.
- Procura estar siempre en constante aprendizaje y preparación, para ofrecer un mejor rendimiento en el lugar que ocupadas, eso se verá en tú desempeño diario y será bien recompensado.
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Ten claro algo, no debes permitir la humillación o el acoso laboral por parte de tú jefe y en especial no te deprimas, aunque la situación del país sea difícil así como la inflación confía en tus habilidades y en el trabajo que realizas.
Un ejemplo claro de liderazgo tóxico
La BBC Mundo, uso como ejemplo de jefes tóxicos el caso de Uber, un medio de transporte que abrió el camino de la industria de viajes compartidos, este se extendió a 662 ciudades en todo el mundo e hizo multimillonario a su fundador, Travis Kalanick.
Pero aunque desde afuera todo ese mundo se veía muy bien, lo que pasaba después de las puertas era algo distinto ya que la administración se veía marcada por escándalos sobre acoso sexual, cultura machista y alta rotación de ejecutivos, reseñó el trabajo de la BBC Mundo. El nombre de la empresa se ha convertido en sinónimo de muchas de las características de la cultura laboral tóxica.
Abigail Phillips, PhD en Psicología Organizacional e investigadora, expresó durante una conferencia anual de Psicología Ocupacional que este tipo de jefes crean ambientes tóxicos y sumó que:
“…los empleados están insatisfechos con sus trabajos, tienen un bienestar psicológico pobre y tienden a ausentarse más, entre otros comportamientos poco productivos. Esto se genera en lugares donde el líder es narcisista y psicópata”.
De igual forma ofrece un dato clave del por qué este tipo de personas tóxicas siguen trabajando en distintas empresas, “son individuos encantadores y son buenos mandando. Suelen hacerlo bien en el proceso de selección y su confianza para tomar riesgos les da liderazgo. Así operan y sus superiores u otros no se dan cuenta de su comportamiento destructivo porque son buenos ocultando sus fallas”.
